Un día domingo de pascuas decidí pasar por el cine y me encontré con esta: “Ernesto Sábato, mi padre”. Una película documental realizada por Mario Sábato, su hijo, que transita a manera de retrato la vida del célebre autor desde una mirada intima y nostálgica, haciendo énfasis, no tanto en su carrera que todos conocemos, sino mas bien en su costado más humano y vulnerable. Era de esperar. Ya al poco de empezar dice algo así: “Para muchos Ernesto Sábato era el gran escritor argentino. Para mí, era mi padre”. Mario también advierte que es una obra realizada sin objetividades ni investigación. “Es la historia que viví, como la viví y cómo me la contaron”.
Mediante gran cantidad de material de archivo que se encontraba juntando polvo en una habitación abandonada, en su mayor parte filmado por Mario a lo largo de su vida como películas hogareñas y viejos documentales con entrevistas al escritor, el documental se fragmenta en diversos capítulos donde recorremos su infancia, el barrio de Santos Lugares, su formación académica, inclinación política, obras literarias y plásticas, amores, y sobre todo, LA FAMILIA. La familia como unos de los valores más altos de la vida.
No es para nada un documental pretencioso. Al contrario, es directo, transparente y espontáneo. Sin embargo, no tiene más poder que el peso del material acumulado. En ese sentido me parece que Mario se quedo a mitad de camino, y si le quitáramos el hecho de ser su hijo, el documental solo sería una recolección más o menos organizada de viejas imágenes. Pero en fin, lo disfrute, me llegó, vale verlo.
Por Matías Fernández
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